domingo, 25 de junio de 2017

El juego de la cuerda floja.

 

Entre la latente muerte 
y la miserable vida
hay una cuerda
de esas bien finas.


Por la que se desliza,
camina, descalza
la gente que llora
Y acalla la panza.


Nos llega la hora,
tú la coges del mango
y meneas la flota.


Nosotros somos el resto.

Si el vaivén no les agota
juro que les muerdo
¡Al débil no se le roba!
Grito y me detengo
por un disparó al izquierdo.


¡Un muerto por jugar a los dados!
Gritan en silencio desde arriba
Con rabia hacia los que todo han dado


Y como niños caprichosos replican:
¡No somos nosotros, son ellos
que les jode perder y se pican!


Con puños y sin banderas
la patria es la tierra entera.
¡Apunten canallas!


Que no digan que nuestra vida
vale menos que una birra
y que el dolor se hará liviano
para la vida que nos han quitado.


Pero nadie vuelve del olvido
Ni el recuerdo más vivido.
En el juego de la cuerda floja.
 
Un, dos, tres; aquí la derrota.