
Sumidos en el conflicto
pienso en nosotros
y en el colosal abismo
que nos hunde poco a poco.
La locura irremediable
Un frasco de veneno
Una sonrisa que se vuelve eco
En la mente del soñante.
Y andan, en ruinas:
la moral y los principios.
Aquí dentro hay lluvias
corriendo al precipicio
donde las olas golpean las rocas
Producen la erosión del vaivén
Y el recuerdo de sal en tu boca
Como el poema de Bécquer tal vez:
Del huracán y la alta torre
que desafía su poder:
¡estrellarte o abatirme!...
Y aquel “no pudo ser”
Las mariposas de mi estomago
Se volvieron diablos
de sabor amargo, cargando
Kilos de conciencia colgando
Así no puedo seguir caminando:
Letargo.
Te hice creer que sabia tango
Y el único compas de 4x4
es haberte enseñando mi cuarto.
El origen del baile es alto…
Un poema escrito sin manos
Las rimas salen reptando
Bajo la puerta con candado
Las palabras no las intercalo
Es mi mente, impaciente, buscando
La sangre que derramo.
Tú, la musa de mi mundo
Yo, la rosa con espinas
Que sueltas, soltamos
Que se curen las heridas
con las lagrimas egidas
y el fuego de tu sonrisa.
La tierra redonda y mi mente plana
Cataratas del Niágara
Final del averno entre mis pestañas.
El destino entrelazó los caminos
en una partida de ajedrez
en la que no se jugar y termino
En la que Dios no sabe ni quiere perder.