sábado, 4 de marzo de 2017

Bienvenida.


 




Se ha enamorado, se ha enamorado profundamente, como tantas (tontas) otras veces.
Se ha enamorado de quien la hiere, de quien no la quiere lo suficiente, de quien contempla su hermoso paisaje de esa forma superficial tan detestable.
Se ha enamorado de quien la utiliza para su propio provecho, de quien la desgarra, de quien miente diciendo que quiere protegerla.
Se ha enamorado, y no puede dejar de hacerlo.
Ella, la amante perfecta, la madre que todo hijo quisiera tener… la que no es valorada, la que pisan, de la que hablan, de la que tomar parte sin consultarle.
Ella, permanece fuerte, inalterable, pura, íntegra, permanece como permanecen las cosas más bellas, a pesar de los golpes, a pesar del dolor.
Ahora, incluso ahora que se encuentra humillada vuelve a amar.
Llena la casa de pétalos blancos y rosas, parece un manto de suavidad, un colchón de cariño indescriptible y no conforme con eso se pone su mejor perfume y saca esa fuerza interna que solo ella tiene.
Llora, llora de alegría, ella ama, ama como si fuera el primer día.
Gracias por ese amor que hoy he podido mirar como solo se mirar, tan superficialmente, gracias querida naturaleza.

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